Una incisión quirúrgica es una herida que se produce en condiciones controladas, pero que inevitablemente conlleva el desarrollo de una cicatriz.
Desde el mismo momento en el que se produce la incisión, los tejidos se ponen en movimiento para sintetizar los elementos que constituyen la piel, como las fibras de elastina y de colágeno, así como células y factores celulares que actúan como línea de defensa frente a las infecciones. El nuevo tejido fibroso que resulta es la cicatriz. Lee hasta el final del artículo para conocer los consejos básicos del cuidado de una cicatriz postquirúrgica.
- El tipo de procedimiento quirúrgico
- La localización de la incisión
- Los tratamientos postoperatorios sobre la zona
- Las características individuales como tipo de piel, enfermedades añadidas o capacidad de cicatrización
- Los factores ambientales como la exposición a tóxicos o a la luz solar
- Fase inflamatoria, con la formación de nuevos vasos sanguíneos y la llegada de todas las células que facilitan la coagulación y la defensa infecciosa.
- Fase proliferativa, donde se empiezan a organizar las nuevas fibras de colágeno y elastina junto a los nuevos vasos y células.
- Fase de remodelación, que se alarga varios meses, incluso un año o dos, en el que se reabsorbe el tejido en exceso y la cicatriz adopta su aspecto definitivo.
- Mantén el apósito limpio y seco. Tras la intervención tendrás una sutura hecha con puntos o con grapas. Los puntos pueden ser reabsorbibles o, por el contrario, ser necesaria su retirada a los pocos días. Los cirujanos cubrirán la sutura con un apósito estéril que, salvo que te indiquen lo contrario, no debes manipular hasta que te hagan un control de la herida.
- Tras la retirada de los puntos o las grapas y revisión de la herida, es posible que tengas que seguir algún día con curas tópicas, lavando bien la zona y aplicando algún antiséptico como clorhexidina o povidona yodada hasta que la costra salte y podamos comprobar que la evolución es satisfactoria.
- Aplica los parches de Trofolastin Reductor de Cicatrices. Por último, una vez superada la primera fase inflamatoria, acompaña la fase proliferativa y remodelación con los apósitos de poliuretano que proporcionarán el ambiente húmedo ideal para la reparación definitiva. Con estos 3 pasos tendrás un cuidado de la cicatriz satisfactorio.
Ante una evolución no prevista o aparición de síntomas locales o generales, es necesario que consultes con tu médico. Asimismo, sigue las indicaciones que te proporcione para tu tipo concreto de herida, ya que algunas intervenciones precisan unos cuidados más complejos.
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