La cesárea es una intervención quirúrgica que se realiza con el objetivo de extraer el feto y la placenta de la madre a través de una sección en el abdomen y el útero. Es una alternativa al parto natural, vaginal, que es el de elección en la mayoría de los casos. La indicación de una cesárea puede decidirse previamente al momento de inicio del parto por algunas características de la madre, del feto o del embarazo, lo que se conoce como cesárea electiva o programada; o bien decidirse cuando ya está iniciado el parto (cesárea intraparto), debido a que no evoluciona de forma adecuada (cesárea de recurso) o porque se produce una situación urgente para la madre o el bebé que determina la necesidad de finalizar lo antes posible el parto (cesárea urgente) A día de hoy, las cesáreas que se realizan son las cesáreas segmentarias, en las que se realiza un corte en la parte inferior del útero, con el objetivo de dañar lo mínimo posible las fibras musculares y la funcionalidad del órgano, y por ende, facilitar su cicatrización posterior y minimizar la cicatriz de una cesárea.
En función de cómo se realiza la incisión en el útero y en los planos cutáneos diferenciamos 3 tipos de cicatriz de una cesárea:
Las técnicas quirúrgicas han evolucionado de forma considerable y los obstetras son muy conscientes del impacto posterior de la cicatriz, de forma que los resultados son cada vez mejores.
La cicatriz de una cesárea puede ser tener entre 10 y 15 centímetros de longitud y unos 3 milímetros de ancho. Es lineal y está situada en una zona que habitualmente queda por debajo de la braguita o el bikini.
Como cualquier cicatriz al principio tiene un color rojizo y tiene puntos o grapas. Con el paso de las semanas, las nuevas fibras de colágeno y elastina restituirán la piel y quedará de un color blanquecino, nacarado que con el paso de los años queda fácilmente disimulada.
No obstante, un porcentaje de mujeres puede desarrollar una cicatriz hipertrófica o queloide. En este caso, los resultados estéticos no serán tan favorables.
Los primeros días, la herida estará muy reciente y está suturada con grapas o puntos. Es necesario seguir con las curas antisépticas que nos hayan recomendado los profesionales que nos atienden. Evitar la infección de la herida es fundamental.
Una vez retirados los puntos, la recomendación es empezar a utilizar los apósitos de Trofolastin Reductor de Cicatrices. Hay un tamaño de apósito pensado para la cicatriz de cesárea, con una medida de 4 x 30 cm que podrás adaptar perfectamente al tamaño de tu herida. Colocar el apósito hace que no tengas que preocuparte de los cuidados de la piel de esa zona durante unos días, mientras sigues con tu día a día.
No olvides que todos los cuidados no se limitan a la piel. Por debajo de la cicatriz que es visible, están las cicatrices que corresponden al resto de las capas de los tejidos. La cesárea es una intervención quirúrgica abdominal, por lo cual debes evitar cargar pesos, movimientos bruscos y ejercicio físico intenso las primeras semanas. Es normal que notes tiranteces o dolor con algunos movimientos. ¡No olvides cuidarte un poquito aunque ahora los cuidados del bebé sean el eje de tu vida!