Las cicatrices se producen en la piel como respuesta a una herida que altera la normal disposición de la piel. Existen cicatrices de diversos tipos, en función del tipo de herida que la ha originado y de la capacidad de cicatrización de cada persona.
La evolución en el tiempo de una cicatriz va a depender en gran medida de los cuidados que hagamos de la misma desde el principio. El proceso de cicatrización se completa a lo largo de varias semanas: las heridas más superficiales pueden cicatrizar en aproximadamente un mes, mientras que otras van a necesitar más de un año.
Durante estos primeros días, lo más importante van a ser las curas antisépticas, que están indicadas dos veces al día. Si la herida es superficial y solo afecta a la epidermis, la recuperación será completa. En el caso de afectación de la dermis, se originará una cicatriz.
Fase de proliferación: Se inicia una vez la herida está “limpia”. El objetivo de esta fase es generar nuevo tejido que cubra el vacío dejado por la destrucción de las fibras y células. Se forman nuevas fibras y nuevos vasos sanguíneos que dan inicialmente una coloración rojiza.
En estas semanas puede ser necesario que mantengas las curas antisépticas. Si la herida necesitó sutura es el momento en el que se retirarán los puntos o grapas. Es posible que todavía notes una gran sensibilidad si tocas la cicatriz. Si ya ha caído la costra puedes empezar a utilizar los parches para reducir cicatrices.
Fase de maduración: En esta fase se produce la reorganización de las nuevas fibras cutáneas que interaccionan con la piel sana circundante. Es una fase que puede durar varias semanas, incluso años. Con el paso del tiempo, la cicatriz va cambiando de color, adquiriendo un aspecto nacarado y fino.
Masajear de forma suave la cicatriz ayuda a la activación de los tejidos, a la organización de las fibras y puede aliviar si todavía sentimos alguna molestia como leve quemazón o picor. Los parches a partir de este momento van a ser compañeros indispensables, puesto que ayudan a la regeneración, protegen de los rayos ultravioleta del sol y de la posibilidad de nuevas lesiones en la misma zona.
El proceso de cicatrización se encuentra adelantado a partir de la quinta semana, pero todavía nos quedará bastante tiempo por delante. Este periodo es muy interesante para la prevención de los queloides y de las cicatrices hipertróficas puesto que la fase de maduración de la herida está todavía activa.
Debemos seguir con los cuidados que hemos iniciado en la semana anterior: masaje y colocación de parches. Los parches son muy cómodos porque duran puestos entorno a una semana, y en ese tiempo podemos despreocuparnos mientras la piel va sanando.
Los parches crean un microclima que favorece la reestructuración y protege del sol, algo fundamental para una piel que se está regenerando.
Los parches deberían utilizarse entorno a 2 meses para aprovechar bien todas sus propiedades. Más allá de ese tiempo, individualizaremos. En cicatrices grandes o tendencia a queloides, puede ser necesario prolongar el uso incluso 6 meses. Ante la duda sobre el tiempo necesario para tu cicatriz, tu médico o tu farmacéutico sabrán aconsejarte.