La cicatrización es un proceso continuo que se inicia tras la producción de la herida y que tiene lugar a lo largo de varios meses. En este proceso de cicatrización se producen de forma secuencial diferentes fases en las que las diferentes células de tu piel y de tu sistema inmune deben trabajar de forma coordinada para que la reparación sea lo más perfecta posible.
Sabemos que no todas las personas tenemos la misma capacidad de reparar las heridas. Algunos factores están relacionados con características genéticas. Pero existen toda una serie de circunstancias que van a interferir en una correcta cicatrización. En este post hablaremos de todas ellas.
Factores locales implicados en una mala cicatrización
Los factores locales son los que se producen propiamente en el lugar de la cicatrización. Pueden o no estar relacionados con otros factores generales. Son los siguientes:
- Infección. La presencia de infección es probablemente el factor más negativo para la cicatrización pues enlentece todos los procesos y hace que la herida sea de mayor tamaño. La infección puede producir síntomas generalizados si se propaga.
- Mala higiene de la herida. Puede conllevar infección, pero por sí misma la presencia de restos de fibrina o de necrosis, que a veces vemos como costra o tejido negruzco, es un impedimento para la reparación.
- Insuficiente aporte de oxígeno y nutrientes a la herida, como ocurre en enfermedades sistémicas como la anemia o por ejemplo si llevamos un vendaje demasiado compresivo.
- Deshidratación de la piel. Por eso siempre se recomienda la cura en un ambiente húmedo como los que proporcionan los apósitos de Trofoblastin.
- Traumatismos, roces o presiones en la zona de la herida que hacen que el proceso tenga que empezar de nuevo una y otra vez.
Factores generales implicados en una mala cicatrización
Son enfermedades o situaciones sistémicas que pueden conllevar que localmente se cicatrice mal. Los más importantes son:
- Edad: Conforme cumplimos años, nuestros tejidos pierden capacidad de regeneración y la cicatrización será más lenta e imperfecta
- Tabaco y otros hábitos tóxicos que comportan una peor calidad de los tejidos del cuerpo.
- Inmunodepresión. Las inmunodeficiencias y los estados de inmunodepresión condicionan una peor respuesta inmune en la reparación y un mayor riesgo de infección.
- Malnutrición. Los déficits nutricionales de proteínas, vitaminas o minerales como el hierro implican carencia de nutrientes necesarios para las células implicadas en la cicatrización.
- Enfermedades sistémicas como las enfermedades respiratorias, cardiovasculares, renales, hormonales o metabólicas que originan peor vascularización y déficits generalizados.
- Hábitos de vida perjudiciales como el estrés o la falta de actividad física. Situaciones como la ansiedad que comportan que nos toquemos de forma insistente las heridas.
- Medicamentos como los corticoides, los tratamientos hormonales o la quimioterapia.
Obviamente no tienes capacidad para decidir la edad que tienes o la presencia o no de una enfermedad sistémica. Pero sí puedes incorporar hábitos de vida saludables como una buena alimentación, la actividad física o evitar hábitos tóxicos que te pueden ser de mucha ayuda en la cicatrización de las heridas.