Las cicatrices son las zonas de piel sana que se forman para la reparación de una herida que ha destruido los tejidos normales de la piel. Existen diferentes causas que pueden originar una herida. Una herida puede tener diferente extensión y profundidad y eso es uno de los factores que determinará el aspecto de la cicatriz.
Existen otros dos factores que van a influir enormemente en la cicatrización de la piel: uno es el proceso de curación y la posibilidad de que la herida se infecte, y el otro aspecto es la localización de la cicatriz.
La piel no es exactamente igual en todas las partes del cuerpo. Existen zonas de piel más fina y otras zonas de piel más gruesa. Las palmas de las manos y las plantas de los pies tienen piel más gruesa y resistente, mientras que otras zonas como la cara -y en especial los párpados- los pliegues y las zonas de flexión y extensión suelen tener la piel más fina.
Podemos asimismo clasificar la piel en función de si tiene pelo o no. La piel pilosa contiene los folículos pilosos mientras que la piel lampiña, no los tiene. Las glándulas sudoríparas están en toda la piel mientras que las glándulas sebáceas están generalmente ligadas al folículo piloso y están ausentes o son menos abundantes en la piel lampiña.
El proceso de cicatrización se produce de la misma forma en las diferentes partes del cuerpo, pero las zonas que tienen más movimiento como los pliegues o las articulaciones pueden tener mayor dificultad para la cicatrización y el cierre de la herida, ya que los extremos de la herida pueden tener más fricción e inestabilidad.
Las connotaciones estéticas de las cicatrices tampoco son menores. De esta manera, las heridas en la cara o en zonas del cuerpo más visibles suelen ser más evidentes y causar más malestar.
Por último, el proceso de cicatrización de la piel puede originar cierta retracción de los tejidos y de esa manera originar alteraciones funcionales. Puede ocurrir en las manos, o en las articulaciones o cuando las heridas son extensas como pasa con algunas quemaduras.
En todas las localizaciones es necesario acompañar el proceso de cicatrización con curas antisépticas en un primer momento y con parches para cicatrices que ayuden al mejor cierre de las fibras. En las zonas más delicadas o con heridas extensas es posible que tengamos que alargar un poco más de tiempo y ser especialmente cuidadosos para mejorar el resultado final.