El parto es un momento muy especial para ti, deseado y temido a partes iguales. En algunas ocasiones va a ser un parto mediante una cesárea y en el momento del postparto las diferencias van a ser significativas. Será necesario ajustar las expectativas de recuperación, cuidar la cicatriz de cesárea, especialmente si ha sido una cesárea de recurso o una cesárea urgente, donde podíamos tener en la cabeza que tendríamos un parto vaginal que al final no pudo ser.
Además de los ajustes psicológicos por las expectativas que podíamos tener, tenemos que considerar que la cesárea es una cirugía mayor y como tal, va a necesitar un periodo de recuperación superior a un parto vaginal. Una de las diferencias evidentes es la existencia de una cicatriz abdominal, que suele estar situada en la parte baja del abdomen.
Durante los primeros días, la herida estará reciente y tiene un color rosado, rojizo, donde se pueden visualizar algunos restos de tejido de cicatrización y sangre. La herida estará suturada con puntos o grapas.
En este momento, los cuidados van destinados a evitar la infección, manteniendo la herida limpia y seca y utilizando antisépticos como la clorhexidina. Evitar la infección es un punto fundamental para conseguir que el inicio de la cicatrización se produzca con las mejores garantías.
Si alguna zona de la herida tiene un aspecto más inflamado, supura o sigue sangrando, o bien duele especialmente, es necesario evaluarla porque pueden ser los signos incipientes de infección y necesitará un tratamiento específico que te pautará tu médico.
La cicatriz de cesárea estándar tiene unos 10-15 centímetros de longitud y unos 3 milímetros de ancho. Una vez retirados los puntos irá evolucionando del color rojo inicial a un color rosado, que finalmente será blanco nacarado tras varias semanas.
Este proceso de cicatrización es lento, necesita un año o más. Cuando se retiran los puntos podemos mejorar y acelerar el proceso de cicatrización con los apósitos de Trofolastin Reductor de Cicatrices, que crean un ambiente húmedo ideal para la nueva disposición de las fibras de colágeno y elastina.
Si ves que pasan los días y tu cicatriz sigue siendo muy dolorosa, notas molestias importantes en los movimientos cotidianos, esa anchura de unos 3 milímetros es superior o ves mucho tejido cicatricial, como si quisiera salirse de la línea, posiblemente estés generando una cicatriz hipertrófica o un queloide y lo ideal es atajarlos desde el principio.
Igualmente, si alguna zona de la piel no está correctamente sellada, puede que haya una dehiscencia y sea necesaria una nueva atención quirúrgica.
Como el proceso de cicatrización es lento, es preciso mantener la atención durante varios meses en los cuidados. Es habitual que tardes un tiempo en sentir que esa zona vuelve a estar como antes. Es necesario ser paciente con la recuperación a la par que prevenimos las complicaciones y nos damos tiempo para el autocuidado.