Las cicatrices son la consecuencia de las heridas que se producen en nuestra piel y que rompen la continuidad de los tejidos. Pueden ser consecuencias de accidentes o traumatismos o aparecer tras una intervención quirúrgica. Las cicatrices son la consecuencia de las heridas que se producen en nuestra piel y que rompen la continuidad de los tejidos. Pueden ser consecuencias de accidentes o traumatismos o aparecer tras una intervención quirúrgica.
La cicatriz en la piel está formada por tejido neoformado que pasa por diferentes fases. Cuando se produce una herida, la primera fase es inflamatoria y tienen un papel fundamental las células del torrente sanguíneo y del sistema inmunitario. En un segundo tiempo, empezará la proliferación y crecimiento de las nuevas fibras que tendrán como objetivo cubrir el defecto.
Las fases iniciales de la cicatrización tras la producción de la herida son muy importantes. En primer lugar, deben seguirse minuciosamente las curas antisépticas para evitar la infección. Si se produce una infección, el proceso de cicatrización va a estar menos estructurado y es más probable que el resultado final sea peor.
Posteriormente, una vez los tejidos se han aproximado, se producirá una remodelación de los tejidos, momento en el que podemos asimismo intervenir generando un ambiente lo más favorable posible al crecimiento de las fibras cicatrizantes.
Una vez se ha cerrado la herida y se han retirado los puntos -si es que se pusieron-, empiezan unas semanas clave para ayudar en la regeneración de la epidermis. Colocar en ese momento los parches de poliuretano de Trofolastín Reductor de Cicatrices va a crear un ambiente húmedo y rico que va a favorecer el crecimiento de las fibras y su remodelación. Evitando tanto el defecto como el exceso de fibras de colágeno y elastina que puede dar lugar a las cicatrices hipertróficas y a los queloides.
Los parches para cicatrices son muy sencillos de utilizar y bien ajustados pueden permanecer en la piel durante una semana. Repitiendo su aplicación durante un mínimo de 8 semanas, los resultados van a ser muy evidentes en cicatrices recientes. Además de crear el clima ideal para la remodelación, protegen del sol y de la suciedad y la contaminación.
Una cicatriz puede necesitar incluso un año para llegar a su estado maduro. Dependerá de las características de la lesión inicial y de las propiedades individuales y genéticas de la piel de cada persona.
En ocasiones el resultado final no resulta demasiado estético. La producción de cicatrices de gran tamaño, hipertróficas o queloides, especialmente en algunas zonas corporales como el escote o los hombros, puede no ser de nuestro agrado.
A pesar de que los tejidos están ya en este momento bastante consolidados, los parches han demostrado que pueden seguir colaborando en mejorar el aspecto y la regeneración cutánea. En unas semanas, podremos ver de forma sencilla y económica, una mejoría estética y de los síntomas que a veces se acompañan como el picor.
En caso de cicatrices antiguas grandes o que originen mucha deformidad, se puede optar por tratamientos de medicina estética, como la cirugía, el láser, la micropigmentación o la radiofrecuencia. Será un profesional especializado quién te proponga entonces la mejor solución estética para tu cicatriz.