Las estrías se producen por la rotura y pérdida de las fibras de colágeno y elastina cuando una zona de nuestro cuerpo debe estirarse porque necesita crecer.
Podemos decir que es normal tener estrías ya que aspectos habituales a lo largo del tiempo como el aumento de peso y/o volumen es su causa principal, pero un ambiente hormonal rico en estrógenos, como ocurre durante el embarazo, incrementa la probabilidad de que aparezcan las estrías.
Aunque tenemos productos que son capaces de prevenir la aparición de las estrías, la realidad es que una proporción muy importante de personas, especialmente mujeres, tienen estrías como consecuencia del desarrollo puberal o de los embarazos de forma normal y natural.
La existencia de estrías es para muchas personas un motivo de vergüenza y causante de inseguridades. Es muy frecuente que traten de esconderse y disimularse. Incluso pueden hacer que se eviten determinadas prendas de ropa como la ropa de baño en verano.
En los últimos tiempos, se reivindica la necesidad de visibilizar y de aceptar la diversidad corporal. Las personas podemos ser bellas con toda la variabilidad de opciones que se pueden dar en nuestro cuerpo. También con las cicatrices o las estrías, heridas “de guerra” que en fondo muestran que hemos vivido.
Si nos fijamos en las estrías que se han producido durante el embarazo, sabremos que son el resultado de la espectacular capacidad de nuestro cuerpo para crear vida, y adaptarse a las necesidades de crecimiento y nutrición de un bebé que se está formando. Así que no puede haber un motivo más bello para convivir y dulcificar los cambios que la maternidad produce en nuestros cuerpos.
Reivindica cada rincón de tu cuerpo, porque es único y con capacidad de amar y ser amado. ¡También con tus estrías! Porque si, es normal tener estrías.