La aparición de estrías suele ser un gran motivo de preocupación desde el punto de vista estético especialmente entre las mujeres.
Las estrías, aparecen aproximadamente entre un 27 y un 35% de los adolescentes (entre 10 y 16 años), y son 2,5 veces más frecuentes en mujeres que en hombres.
Las causas principales de porqué salen estrías están relacionadas con aspectos hormonales que tienen repercusión en la piel. Durante la pubertad se producen una serie de cambios en la segregación de hormonas, que impulsarán el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y que pueden originar también estrías en el 58% de las chicas adolescentes.
Durante el embarazo, de nuevo la situación hormonal, juntamente a la necesaria distensión de los tejidos, va a provocar que salgan estrías entre el 75 y el 95% de las embarazadas, si no se toman medidas preventivas. Algo más frecuente en el caso del primer embarazo, que es en la primera ocasión en la que la piel y el cuerpo de la mujer se enfrentan a las consecuencias en el cuerpo que origina el embarazo.
En la formación de estrías influyen fundamentalmente dos tipos de hormonas: las hormonas corticosuprarrenales como el cortisol y los estrógenos. Nos centraremos en los estrógenos porque son los que tienen influencia en la mayor prevalencia de estrías entre las mujeres.
Existen etapas en la vida de la mujer en la que existe un aumento de la producción de estrógenos en un tiempo relativamente breve: pubertad, embarazo, aumento de peso.
Los estrógenos provocan:
Estos dos factores provocan que la piel esté sometida a más tensión y pueda acabar cediendo, especialmente en momentos en los que debe facilitar el crecimiento corporal como ocurre durante el embarazo en zonas como el abdomen, las caderas o los senos.
Los estrógenos tienen estas funciones porque facilitan el funcionamiento de la fisiología femenina a otros niveles. Estos efectos están descritos para los estrógenos que se segregan internamente, de forma fisiológica, pero también pueden observarse en el caso de la ingesta externa en forma de fármacos como en el caso de algunas terapias o con el uso de anticonceptivos orales.