¿Estás embarazada? ¡Enhorabuena! Empieza una de las etapas más emocionantes de tu vida. En 40 semanas tu cuerpo va a vivir un viaje emocionante para dar vida y amor y es un momento fundamental para empezar a cuidarse.
Los hábitos de vida saludables son importantes durante toda la vida, pero durante el embarazo van a condicionar la salud futura de tu hijo/a. ¿Sabías que la evidencia científica nos dice que los 1000 primeros días de vida son cruciales para alcanzar el mejor desarrollo y la salud a largo plazo? Esos 1000 primeros días incluyen los 270 días que aproximadamente dura el embarazo y los 2 primeros años de vida.
Uno de los pilares más importantes es seguir una alimentación saludable y mantener una vida activa. Asimismo, es importante evitar sustancias tóxicas como el alcohol y el tabaco, ambientes muy contaminados y la mayoría de los medicamentos.
Todos estos cuidados son importantes para el desarrollo del bebé pero también para los cambios que van a suceder en tu cuerpo y tu metabolismo.
Existen dos factores que determinan los cambios que se producen en la piel de la embarazada.
El primer factor es hormonal. Los cambios hormonales no siempre originan efectos negativos: es habitual que durante la gestación, la piel y el cabello luzcan especialmente bonitos.
Sin embargo, otro de los efectos hormonales que se producen es la hiperpigmentación de la piel. Existen zonas que incrementan su coloración como las areolas, los pezones, la vulva o la línea alba. Cuando la hiperpigmentación afecta a la cara recibe el nombre de cloasma. Esta hiperpigmentación suele desaparecer progresivamente tras el parto, si bien se aconseja durante el embarazo utilizar protectores solares.
El segundo factor que influye en la piel durante el embarazo es el crecimiento corporal de la zona abdominal y de los senos. Puede observarse un aumento de volumen en los muslos, con acumulación de grasa que tiene como objetivo la producción posterior de leche materna.
El aumento de volumen que se produce en pocos meses ligado al embarazo, conlleva un estiramiento de las fibras de la piel, que pueden acabar rompiéndose, originando las estrías gravídicas.
Las estrías son muy frecuentes en la mujer embarazada, aunque su aparición va a depender del tipo de piel y de su elasticidad, de las características genéticas y por supuesto, de los cuidados preventivos que llevemos a cabo.
Como avanzábamos al principio del post, unos hábitos saludables en alimentación y actividad física van a ser beneficiosos para el bebé, pero también para tu salud en general y para tu piel. Incorpora frutas y verduras a tu alimentación, ricas en vitaminas y minerales. Bebe agua para mantenerte bien hidratada.
Para prevenir las estrías, desde el mismo momento en el que sabes que estás embarazada, te recomendamos empezar con las rutinas de cuidado e hidratación de la piel. La aplicación 2 veces al día con un suave masaje de Trofolastín Anti-Estrías en las zonas que están o estarán sometidas a estiramiento es la mejor estrategia de prevención, ya que logra prevenir las estrías en un 89% de las mujeres. Las zonas a hidratar y masajear son el abdomen, los senos y los muslos. La aplicación prepara la piel para el estiramiento y los cambios hormonales que se van a producir durante todo el embarazo.