El embarazo ocasiona cambios en la piel, cabello y uñas de la mujer, principalmente debidos a la actividad hormonal, y también al estiramiento que la piel debe hacer para permitir el crecimiento del bebé.
Las uñas y el cabello suelen crecer más rápido y estar más fuertes.
Hay tres fenómenos en la piel relacionados con los cambios hormonales que afectan a algunas embarazadas:
Sin embargo, uno de los cambios más frecuentes en la piel de la embarazada son las estrías gravídicas. La aparición de estrías en el embarazo no ocurre en todas las mujeres pero es muy habitual. Su presentación va a depender del tipo de piel y su elasticidad, factores genéticos propios y los cuidados de la piel en esta época de la vida de la mujer.
Las estrías en el embarazo obedecen a un fenómeno de estiramiento de la piel que ocasiona rotura de las fibras cutáneas. Se producen principalmente en el abdomen y la parte inferior del cuerpo (nalgas y caderas) conforme el bebé va creciendo. La piel necesita estirarse para permitir el crecimiento fetal. En los pechos, las estrías aparecen cuando se van agrandando en preparación para la lactancia materna.
Aunque la ganancia de peso es necesaria para que el bebé se forme y crezca, evitar un aumento excesivo de peso previene la aparición de estrías. De la misma manera, aplicar una fórmula hidratante y reparadora de forma diaria y constante, masajeando bien la piel, favorece que la piel de todas las zonas sometidas al “estrés” del crecimiento pueda mantenerse sin estrías durante todo el embarazo.
Las estrías inicialmente son de color oscuro, marrón o violáceo. Posteriormente con el tiempo adquieren un color blanco nacarado. Aunque tengamos productos para tratarlas y reducirlas, una vez han aparecido, no se pueden eliminar completamente. Así que la mejor herramienta es la prevención de las estrías desde fases iniciales del embarazo.