¿Estás embarazada? ¡Enhorabuena! Se suele asociar el embarazo a un estado de bienestar y de felicidad que no siempre es acorde con la realidad. Para algunas mujeres los cambios físicos que se experimentan son un motivo de estrés y preocupación, pensando en lo rápido que tiene que adaptarse el cuerpo para dar vida e imaginando las consecuencias o los cambios en el futuro.
Los cambios físicos durante la gestación son evidentes desde las primeras semanas, si bien, la segunda parte del embarazo se van a mostrar de forma más contundente.
El efecto de los niveles hormonales se hace patente en todos los órganos y sistemas, facilitando el desarrollo del feto y preparando el organismo materno para el parto y el periodo posterior.
El incremento de peso durante el embarazo es inevitable y necesario para que llegue a buen fin. El aumento ponderal se debe obviamente al peso del bebé (unos 3500 gramos), pero también a la presencia del líquido amniótico (900 gramos), el aumento del tamaño de las mamas (entorno a 1000 gramos) que se preparan para la lactancia, la hipertrofia del músculo uterino (900 gramos) y el tejido placentario (1500 gramos). También puede haber cierto incremento del tejido graso en abdomen o caderas que actúa como reservorio de energía para la futura lactancia.
Las hormonas tienen influencia en las características de la piel de la embarazada. Suele estar más vascularizada, con más secreción de las glándulas sebáceas y con mayor tendencia a la hiperpigmentación. La piel suele retener más agua y mostrarse más sensible, en general, a los diferentes estímulos externos.
Las características de la piel de la embarazada, pero especialmente el gran crecimiento corporal de zonas como los senos o el abdomen, van a propiciar la aparición de estrías durante la gestación. La confluencia de los factores hormonales y mecánicos hacen que entre un 60 y un 90% de las mujeres puedan tener estrías durante el embarazo, apareciendo principalmente en el tercer trimestre.
Aunque esas cifras puedan resultar preocupantes y hacer creer que embarazo es sinónimo de estrías, tenemos una buena noticia. El uso de Trofolastín Anti-estrías es capaz de reducir la probabilidad de tener estrías durante el embarazo hasta en un 89% de los casos. Es muy importante para obtener estas cifras tan positivas, ser muy constante y empezar a aplicar el producto desde el primer día. La fórmula contiene principios activos como la centella asiática o la manteca de karité que hidratan la piel en profundidad y la protegen del estiramiento, evitando la rotura de las fibras. Así que recuerda, el estiramiento de la piel en el embarazo es inevitable, pero las estrías no lo son.