Hablaremos en este artículo de las estrías en los primeros años de vida: infancia, pubertad y adolescencia
La respuesta es sí. Es un mito pensar que porque la piel es joven no puede tener estrías.
Las estrías pueden aparecer en cualquier momento de la vida, a partir de los 5 años de edad, por diferentes motivos, como el propio crecimiento, al desarrollo de determinadas zonas del cuerpo o a un aumento de peso. Durante la infancia la localización más habitual de las estrías es en los muslos o en la zona abdominal.
Aunque la infancia es una época donde asociamos bienestar y salud, también algunos niños y niñas pueden tener estrías debido a los tratamientos, por ejemplo si están tomando corticoides a dosis altas como ocurre en algunos tratamientos oncológicos, enfermedades inmunes o reumatológicas.
Durante la pubertad y la adolescencia, hasta un 30% de los chicos y chicas pueden tener estrías, ya que es una época de un gran crecimiento corporal y cambio de todas las estructuras corporales. En determinadas familias, existe mayor predisposición y será un momento en el que prestar especial atención.
En las chicas, es muy evidente el cambio en la estructura corporal con la aparición de los caracteres sexuales secundarios. Debido a la acción de los estrógenos, la grasa corporal va a distribuirse de forma asimétrica y ocasionando un mayor crecimiento de los pechos y de la zona de caderas y muslos. Precisamente este crecimiento y esta mayor producción hormonal son las responsables de que la piel se rompa, ya que son cambios que se producen en un tiempo relativamente corto.
En el caso de los chicos, las estrías suelen aparecer en el torso, en el abdomen y también en los hombros o los brazos. Igualmente, un crecimiento rápido en pocos meses va a ser la causa.
Otro motivo que puede ser común a chicos y chicas es el incremento de la actividad deportiva y la musculación de determinadas zonas del cuerpo. El crecimiento rápido del tejido muscular no permite que la piel se adapte al ritmo de incremento y por eso aparecen las estrías.
La buena noticia es que también podemos prevenir la aparición de estrías en la infancia y en la pubertad. También podemos tratarlas una vez han aparecido consiguiendo reducir su apariencia e impacto en la imagen corporal, tan importante en estas épocas de la vida.