El crecimiento uterino, del tejido mamario y de los depósitos grasos que se producen durante la gestación para permitir el desarrollo y formación del feto durante los 9 meses de embarazo, originan tensión en la piel, y es habitual que se produzca la rotura de las fibras de elastina y colágeno de la dermis apareciendo las estrías de después del parto.
La formación de las estrías pasa por diferentes fases en las que mostrarán una apariencia diferente, por eso algunas personas piensan que hay dos tipos de estrías. Realmente es la misma lesión, en diferente momento evolutivo:
Estrías rojas: Son las estrías en sus primeras fases. Tienen un color violáceo o rosado y son más anchas y hay cierto relieve en la piel. Es una fase inflamatoria en la que puede haber cierta molestia o picor en la piel
Estrías blancas: Son las estrías “maduras” cuando ya el proceso inflamatorio ha finalizado, y queda la cicatriz. Son más finas, no suelen tener relieve y tienen un color blanco o nacarado.
Durante el segundo trimestre del embarazo es cuando suelen aparecer las estrías y las veremos en el momento inflamatorio, rojizas. En el postparto, la piel que había estado en tensión quedará más flácida y ya no es tan habitual que aparezcan nuevas estrías. Sin embargo, es posible que, en este momento, sean más evidentes las que se han creado, al cambiar el aspecto de la piel y producirse los cambios hormonales puerperales.
Lamentablemente, las estrías son cicatrices y como tales, no van a desaparecer completamente. Con el paso del tiempo y si mantenemos unas buenas rutinas en la piel, mejorarán su aspecto y disminuirán de tamaño, de forma que pasarán más desapercibidas. Si son muy pequeñas y finas, puede que la regeneración de la piel con el uso de productos adecuados haga que sean prácticamente invisibles.
Por todo ello, la mejor estrategia es la prevención durante todo el embarazo. Con las medidas adecuadas, es posible disminuir el riesgo o incluso evitar la aparición de estrías.
Medidas como hidratar dos veces al día la piel con Trofolastin, masajeando abdomen, mamas y muslos, han demostrado su efectividad. Resulta beneficioso practicar ejercicio moderado, beber abundante agua y alimentarse correctamente, y evitar la exposición solar.
Con todas estas recomendaciones, la piel estará en las mejores condiciones para evitar las estrías y conseguir que tras el parto vuelva a sus condiciones anteriores.